Y cuando todo se va ¿Qué queda? [I.Benoit]

El viento azotó con fuerza mi rostro. Por un breve momento fue una brisa fría, pero el calor volvió a abrazarme. Era la despedida silenciosa de los meses fríos, para dar paso a los días de calor. Era como si de esa manera,los malos tiempos quedaran atrás y dieran paso a unos nuevos, radiantes. Sin embargo, solo era una mala broma de la naturaleza. En realidad los malos días no se iban, ni venían mejores. Por el contrario, el silencio y los rostros decaídos anunciaban peores días. Mas llanto, mas perdidas. El colegio era un saco de colecciones de sufridos, mientras por el otro lado de la moneda estaban los bufones; quienes se reían de ningún chiste y valoraban el dolor de inocentes. El castillo se había vuelto de nuevo en la bóveda de un campo de batalla a punto de salir a flote. La tensión reinaba por todos lados, y no sabía que era peor, si saber y ver la situación en el rostro de todos, o fingir que aún el castillo era seguro como intentaban anunciar. Ya hace mucho había dejado de ver el lugar como mi segundo hogar. En realidad, no había ningún lugar para llamar de esa manera.

En casa ver a mi madre y a la familia mas separada que nunca, era un martirio. Ese no era un lugar seguro para estar. El dolor palpitaba por cada cosa que me recordaba a mi padre, y la lástima de la familia era peor que cualquier otra cosa. Pero Hogwarts no era mucho mejor. Caminar por sus pasillos, era casi desafiar a la muerte. No se podía confiar en nadie, y para que engañar, aquí también cada cosa era un recuerdo doloroso. El jardín, las aulas, la sala común...en fin, todo me recordaba a Elena. Y no había manera de pensar en ella y obviar a mi padre,o viceversa. Eran dos pérdidas muy dolorosas de llevar. No había lugar para ocultarme que fuera útil. No lo habría jamás.

Pero la vida continuaba. Nadie iba a detenerse por mi pena. Después de todo no se puede detener el tiempo ¿Verdad? Quizás devolverlo, pero no tenía las maneras de hacerlo, no por el momento. Lamentablemente no habían los recursos y el ministerio había sido muy cuidadoso en ello. Mejor que nadie sabía las consecuencias de las jugadas con el tiempo. Se hablaba mucho de ellos en textos importantes, también de la forma en que el ministerio había sellado toda posibilidad para otro giratiempo al público. Por mas inofensivo que fuera. Se hablaba de destrucción !boom! acabados. Todos y cada uno de los giratiempos de una época pasada. Algunos textos hablaban mas profundo; de bóvedas secretas, cuartos seguros y demás asegurando armas mucho mas poderosas. Pero el ministerio era mucho menos seguro de lo que era Hogwarts ahora. Todas y cada uno de mis tontas ideas, debían ser bien pensadas, pero no hallaba el momento. Aún cargaba con el duelo que no lograba quitarme del alma.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo quitarme el peso si no había donde ni cuando?

El lago no era la respuesta que había estado esperando, pero allí estaba. Caminando en su dirección como si no tuviera mas opciones. Terrible idea. Allí, en uno de los arboles cercanos, había discutido una vez con Elena. La misma vez que nos habíamos dado un beso, o mas bien ella a mi. Un impulso que me dejo estúpido y totalmente confundido. Luego la había visto correr diciendo que era un idiota, y yo en vez de seguirla, me había quedado de piedra, con una tonta sonrisa en el rostro como si lo hubiera estado esperando sin saberlo. Podía aún verme allí. Como si en mi vida no hubiesen otras cosas. Y no pude ni reír, ni llorar, solo mirar el árbol.

Me senté a lo lejos. Como si pudiera servir de algo. Y desvié la mirada cansado de pensar. Tal vez si me hundiera en el lago ahogara todos mis males estaría tranquilo, pero no sé podía. Debía mantener vivo el dolor. Sería el arma que me motivaría a hacer lo que tuviera que hacer por dar justicia. En su momento, quizás ahora en al soledad, encontraría las respuestas que necesitaba.