Together again? | Chloé Benoit

Sus cabellos pelirrojos se movían suavemente de un lado a otro mientras caminaba apresuradamente por los pasillos de Hogwarts. No sabía exactamente que iba a decir o como actuaria en frente de ella. En realidad no estaba segura de lo que planeaba y quizás todo lo que estaba por hacer seria hecho demasiado tarde. Pero poco le importaba en aquellos momentos, solo esperaba que las cosas se solucionaran y que la normalidad de su vida volviera, aunque fuera un poco de ella. Tenía toda la disposición para que aquello sucediera.

La ansiedad se la carcomía por dentro, pero quería corroborar por ella misma la llegada de la castaña. No había sido un par de horas atrás que se había enterado del regreso de la que fue su mejor amiga, aquella que consideraba su hermana y que por supuesto la había querido como tal. Chloé Benoit estaba de vuelta. Y era justo su llegada que la menor de los Potter estuvo esperado por semanas, y en las cuales pensar y aclarar sus ideas respecto a la susodicha fue algo que sin duda la hizo reaccionar ante su mal comportamiento con esta. Lo que había negado en el pasado, ahora no lo podía hacer, la recién llegada había sido parte importante en su vida y en esos momentos quería que volviera a serlo, más aun cuando las dos compartían sentimientos por el mismo chico. Su hermano en el último tiempo había cambiado mucho y más aun cuando había reconocido sus pensamientos mortifagos y seguramente la castaña ya se hubiese enterado, pues para el disgusto de Lily las noticias "jugosas" corrían por el castillo mas rápido de lo que quisiese.

El destino fue el encargado de separarles y más aun ayudado por los irracionales celos de la menor de los Potter dejando que simplemente la relación se convirtiera en nada, sin embargo, Lily estaba esperanzada en que la situación se revertiera.

Los pasillos le parecían mas largos de lo que realmente eran y sus pies parecían tener vida propia por lo rápido que iba. Estaba más que nerviosa, no sabía cómo reaccionaría Chloé, le preocupaba de que esta no quisiera arreglar las cosas o peor que la hubiera olvidado por completo. Hundida en aquellos pensamientos, sus pasos se detuvieron abruptamente al chocar contra alguien cuando doblo por el pasillo -lo siento, yo no...- Se disculpo, pero sus palabras se detuvieron al instante cuando se dio cuenta de quien se trataba.

Se había pasado todo el día en su habitación recogiendo sus cosas para al fin tener listo el baúl junto con la jaula de Joey. Tener un conejo como mascota era de lo más adorable, pero también de lo más desastroso. Tenía que estar atenta a que el animal no empezase a medio chillar cuando notaba que su casa se movía, cosa que era de lo más difícil. Siempre se veía en la misma tesitura cuando tenía que viajar junto a él, es decir, todos los años al moverse de Francia a Londres era todo un espectáculo.

Sentía como su estómago notaba que se iba acercando el momento para viajar de nuevo hasta su segundo hogar. Pero quizá lo peor no era eso, sino el enterarse de tantas cosas en tan pocas semanas desde su partida. Y es que al parecer, nada más abandonar Hogwarts, todo cambió drásticamente. Se había enviado lechuzas con Rose para saber lo que pasaba a a cada minuto por allí, y cada carta que recibía era peor que la anterior. Chloé vivía en un barrio francés mágico, por lo que los Muggles estaban lejos. Por eso no notó que poco a poco se iba cerrando una gran dictadura que tocaba los dos mundos, pero que por suerte a su familia no le podía ocurrir nada malo. A demás, en esas mismas semanas se acababa de enterar que tenía una hermana melliza, cosa que no es muy normal. Su cabeza hervía de pensamientos, estaba totalmente indecisa, sabía que al llegar a Hogwarts todo sería completamente diferente, sabía que allí ya lo estaban pasando mal y sufrían todas las consecuencias. Pero no por eso se iba a echar atrás, volvería a donde había sido su hogar durante cinco largos años y sin rechistar, por mucho que doña Lestrange estuviese adueñando todo a su paso. Nada ni nadie se lo iba a impedir.

Hubiese sido mucho más fácil viajar con "polvos Flu", pero entendía que su mascota no iba a poder soportar tal cosa, a demás su madre se lo había desaconsejado en primer año, cuando preguntó por qué su conejo no podía ir con ella mediante los polvos. Por eso había decidido viajar en avión, así tenía una escusa para ver desde lo alto los hermosos paisajes que había sobre sus pies. Pronto llegó a Londres y tomó el tren hacia Hogwarts. Estaba totalmente en silencio, sin hablar, más que nada porque estaba ella sola en su vagón. Había avisado hace escasas horas a Rose sobre su llegada, quería no ser una sorpresa para nadie. Estaba decidida a afrontar su destino, a ver como todo había cambiado, incluso alguna gente. Movía una pierna, ansiosa de llegar y a la vez con ganas de coger un vuelo de vuelta hacia su querida Francia. Fijó su mirada hacia el cielo cuando salió del tren y arrastraba el carrito con sus pertenencias; parecía que anochecería pronto. Mejor, con suerte solo vería a un par de su casa y a Rose, de momento no quería tener que lidiar con nadie y sobre todo, aún no quería ver a alguien en particular. Al llegar a la enorme puerta, entró rápidamente y se apresuró en no ser vista, pero para sorpresa de ella, los pasillos estaban totalmente vacíos. Suspiró y miró hacia los cuadros, caminando aún, y notando el sufrimiento de ellos. Pero como si de un chasquido se tratase que la hiciese volver en si, alguien chocó contra ella. Joey comenzó a emitir unos gemidos y la jaula hizo un enorme estruendo al impactar sobre el suelo. Parpadeó sin entender muy bien que había pasado y al oír la voz en forma de disculpa, su cuerpo se congeló. Fijó la mirada sobre la chica, divisando el cabello rojizo.
-N-no, no, n-no pasa nada...- Intentó poder vocalizar alguna de las palabras. Daba gracias a que fuese ella y no el hermano de la muchacha con quien se había tropezado. Aún así, encontrarse con Lily tampoco era una buena señal, aunque toda escusa para verla era buena. Se dirigió hasta la jaula de su mascota y la volvió a dejar encima de su baúl. -Ya está Joey... Lo siento, ya está, te lo compensaré con un par de frutas.- Hablaba con la voz temblorosa, fija siempre en la jaula del animal.

El encuentro que espero por varias semanas por fin se hacía realidad, claro que no era como lo espero o quizás en algún momento imagino, pero algo era algo pensó. Si bien ya no sabía cómo entablar conversación con la castaña, porque lo quisiera o no, ya no eran amigas y sola la palabra conocidas podía definir su "relación". Pero de todos modos la pelirroja estaba decidida que su situación cambiara. Claro que no esperaba que fuera fácil ni mucho menos, una amistad había que alimentarla y como las cosas con la castaña no habían terminado en los mejores términos, la situación era bastante complicada, sobre todo para Lily quien había ocasionado la pelea a fin de cuentas y la cual ahora quería remendar.
   
- Lo siento - se disculpo por segunda vez, la verdad es que aquella palabra la tendría que decir más de una vez en compañía de la muchacha de ojos azules. Y no era algo que le importara mucho, ya que esta vez tendría que comerse su orgullo y agachar cabeza si era necesario y no dudaba que así fuera. Lily vio como la muchacha se volteo a ver a su conejo que lamentablemente había salido perjudicado tras el encuentro de ambas Gryffindor, quizás esto no iba a salir del todo bien.

- Siento lo de Joey, creo que yo también le tendré que dar frutas- dijo embozando una tímida sonrisa mientras miraba al animal. Estaba haciendo todo lo posible para que las cosas funcionara y claro rompiendo el hielo -si es que eso se podría llamar así- era la mejor forma de empezar o por lo menos eso creía.  

- Que bueno que estas de vuelta Chloé... bueno de seguro que Rose estará encantada de verte y A...- Se detuvo, realmente no se sentía cómoda hablando de Albus, bueno no en ese momento, porque estaba segura que ese sería su principal tema para solucionar sus problemas. Pero todo a su debido tiempo.

- De seguro que todos querrán verte - Dijo evadiendo su casi anterior palabra. - digo... después de todo te fuiste por mucho tiempo y tu ausencia se noto - agrego finalmente.


off: siento la tardanza >.<

Mantenía la cabeza gacha todo el tiempo con la mirada fija sobre la jaula de su mascota. De primeras pensaba que la chica que tenía en frente le empezaría a gritar por haberse dado de bruces con ella, pero para su sorpresa parecía arrepentida. Cosa que le hizo calmarse y mirar poco a poco a la muchacha que parecía dedicarle unas palabras al animal que aún seguía quejándose dentro de la jaula. Suspiró medio aliviada, todos los encuentros con la pelirroja eran de todo menos agradables, y no tenía ganas de tener que lidiar con eso una vez más, al menos no por hoy. Se aclaró la garganta y se colocó hacia atrás de sus orejas dos mechones largos de pelo, para tirar hacia atrás con un movimiento de cabeza su melena sobre su espalda.
-No tienes por que disculparte, estaba distraída, perdóname tú a mí.- Se disculpó mirándola a los ojos, no quería que pareciese una disculpa falsa, en realidad sentía haberse chocado de esa forma. -No pensaba que nuestro encuentro sería así, pero bueno... Hola.- Se quedó callada por unos segundos sin saber bien que decir. No tenía planeada la conversación que tendría en un futuro con ella después de su regreso, pensó que hablarían más tarde, pero para su sorpresa, no fue así.

Al escuchar aquella simple inicial, su cuerpo se tensó y sus ojos se abrieron de tal forma que hasta alguna persona a kilómetros de ella podría ver aquellos grandes ojos abrirse como platos. Un enorme escalofrío recorrió todo su cuerpo y parpadeó, intentando volver en si. Tomó aire y con una media sonrisa pudo contestar, casi inaudible.
-Yo también tenía ganas de volver, os echaba en falta a todos...- Miró hacia otro lado pensando en como podía tomarse esa frase Lily. -Bueno, dudo de eso, seguro que habéis podido sobrevivir sin mí. Aunque he notado un par de... cambios.- Dijo mirando a los nostálgicos cuadros, presos de la nueva dictadura que allí sí se hacía notar...

Sus preocupaciones quedaron a un lado, era ahora o nunca para que Lily pudiera decir todo lo que tenía que decirle a Chloé. Sabía perfectamente que no podía darse el lujo de derrochar esta oportunidad si de verdad quería solucionar las cosas con la castaña de una vez por todas.

Se limito a sonreír tímidamente ante la respuesta de Benoit. Si alguien tenía que disculparse, esa era la pelirroja -créeme yo tampoco lo esperaba así...- le miro por primera vez directamente a los ojos. La situación se podría considerar perfectamente incomoda, pero aquello no le sucedía a Lily, por lo menos, no esta vez, y esperaba que a su acompañante tampoco le incomodara pues era el último fin de la pelirroja.

"-Yo también tenía ganas de volver, os echaba en falta a todos..." Al escuchar aquella palabras la pelirroja se sorprendió, pues eso significaba que cavia la posibilidad de que la hubiese extrañado a ella también, así lo quiso pensar la menor de los Potter, y aquello le ponía verdaderamente contenta. Hizo una mueca prácticamente automática tras recordar los cambios que habían afectado a Hogwarts. -Las cosas se han tornado un poco turbias después que te fuiste... Hogwarts no es el mismo de antes- le comento mirando a su alrededor. Todavía no asimilaba aquellos cambios, si las cosas dependieran de ella, ya todo hubiera estado en su lugar en el que realmente correspondían, pero tampoco se echaría a morir por aquello, pues tenía la esperanza que pronto las cosas mejorarían en el castillo...

La conversación se tornaba amena, o por lo menos no era tan incómoda como había imaginado. Decidida a no esperar más, porque de lo contrario... mejor no pensar. Se aclaro la garganta y se dirigió mirando fijamente a la castaña -Bueno para serte sincera me alegra de a ver chocado contigo Chloé. He pensado mucho estas últimas semanas- tomo un respiro.-y tengo algo muy importante que decirte- dijo tranquilamente.

Vio a la pelirroja sonreír tímidamente, lo que causó como un espejo, haciendo que la francesa sonriese de igual forma. Hacía tiempo que no se veían y a decir verdad, sí, echaba en falta a todo el mundo, incluida a ella. Aunque siguiesen enfadadas, cosa que aún le dolía enormemente a la castaña, aún seguía rememorando todos los momentos felices junto a ella, una amistad como la que ambas habían tenido no se podía olvidar jamás, y pese todo lo que habían pasado, la seguía queriendo y la añoraba en gordo. Volvió a sonreír cuando las miradas de las chicas se cruzaron, cosa que le alegraba enormemente, ya que antaño, cuando Lily estaba cabreada, siempre intentaban no mirarse la una a la otra, y volver a conectar con su mirada era totalmente extraño, pero agradable. Y eso fue algo que le sorprendió, el notarla tan distinta a las últimas ocasiones en las que se habían encontrado, pero al parecer eso era buena señal. Muy buena.

Tomó aire al escuchar las palabras, notaba en la voz de la chica ese dolor por el que todos parecían estar pasando por culpa de Bellatrix y sus secuaces. Dolor del cual tomaría ella momentos después, al dejar sus cosas en su habitación y hacerse a la idea de como andaban las cosas.
-No temas, estoy segura que pronto todo se solucionará, encontraremos una forma, te lo aseguro.- Esbozó una cálida sonrisa intentando animar a la ex amiga que tenía delante. Lo último que quería era ver a la gente de su alrededor de aquella manera.

Cuando la cosa ya fue más tranquila, habiendo roto el hielo cuando se dieron el golpe, Chloé frunció el ceño al oírla hablar. Parpadeó indecisa, sin saber que decir. ¿Qué cosa sería esa? ¿Quizá algo sobre su hermano, persona de la cual no quería hablar y menos con ella? No quería más discusiones, si eso era lo que intentaba, aunque negaba la idea.
-Oh, eh... Claro, dime, ¿qué te ocurre?- Pronto comenzó a sentir un molesto pero leve dolor sobre el abdomen. Por Merlín, los nervios siempre iban a parar por ahí. Era algo que debía de controlar.

Demonios, ¿porque las cosas tenían que ser tan difíciles?. No era que la pelirroja lo quisiera todo en bandeja de plata, pero por Merlín una ayudadita en estos momentos no le vendría mal, pues las disculpas no le daban muy bien que dijéramos. Pero tenía que hacerlo, era su deber remendar las cosas. Era casi como su deber de respirar. Por Merlín ya se estaba poniendo sentimentalista, pero no lo podía evitar, no con Chloé en frente de ella, pues aunque siempre lo negara, Lily era una niña, una niña un tanto asustada y sobretodo arrepentida en esos momentos.

Sonrió al escuchar el comentario de la castaña. Era casi sublime sus palabras a estas alturas. Palabras que le quitaban un poco los nervios que ya los tenia al tope y si no fuera porque todavía no eran amigas ya la abría abrazado.  Pero todo a su tiempo. Se relajo o eso intentaba hacer, pues el sudor en sus manos no parecía mejorar las cosas. Disculpas: ¿cómo rayos las empezaba?, el orgullo de lado y la humildad a flor de piel, y claro con un poco de suerte serian suficiente no?. Relájate, respira... y no corras, por favor no corras, eran las frases que se repetía en su mente, definitivamente no era el tiempo de arrepentirse y tenía que arrojarse a lo que viniera. Sacudió su cabeza, tomo otro -profundo- respiro y miro a la leona.  - Pu.. pues yo.. yo quería...- tartamudeo, claramente los nervios se habían apoderado de ella  -yo solo... quierodisculparmecontigopormimalcomportamiento- Al fin!, las palabras que tanto quiso pronunciar desde que choco con Benoit habían salido, aunque no de la mejor manera pues sus nervios y las ansias le jugaron una mala pasada, diciendo todo tan rápido que ni si siquiera ella se entendió y al percatarse de ello volvió a reiterarlas pero esta vez con más calma  - Discúlpame, de verdad siento mucho mi comportamiento en estos últimos meses - dijo mirándola a los ojos para que viera que realmente sentía sus palabras. -Me he portado como una odiosa y de verdad siento haberme comportando así, pero... pero..- suspiro -solo quiero que me disculpes- en realidad no tenía un pero que valga, ya que ni ella misma entendía porque su reacción con la castaña, solo esperaba que esta la perdonara, era lo que más deseaba en esos momentos.

PD: ya mi Chlorofilia, siento la demora

Sus nervios se fueron intensificando cuando comenzó a tartamudear, lo que le daba la certeza de que la cosa que tenía que decir era importante. Había viajado bastante tiempo, tanto en avión como en tren, y ahora lo único que deseaba era volver a su cuarto y taparse con un almohadón grande la cara, así hasta final de curso. Pero esperar un par de minutos más para hablar con una persona a la que tanto había extrañado, no era delito. Porque pese todo el tiempo que había tardado en volver, en reorganizar su mente y sus ideas, ya hacía mucho tiempo que no se veían y no mantenían una conversación así, tan cercana y sobretodo fuera de gritos y insultos. Porque tener a Lily como amiga era pura bendición, pero como enemiga era todo un infierno.

Se la veía graciosa hablar de esa forma, juraría que ella también lo había hecho un par de veces cuando eran más pequeñas y se enfadaban por alguna tontería. Cuando al fin parecía que alguien le había dado una palmadita de ayuda sobre la espalda para soltar todo lo que tenía dentro, parpadeó confundida, ya que las palabras habían salido demasiado rápidas como para comprenderlas.
-¿C-cómo has dicho?- Arqueó una ceja y comenzó a reír ante la situación tan extraña en la que se encontraban. Pudo captar algunas palabras sueltas, pero como había intuido al principio, al parecer estaba intentando disculparse. Cosa que reafirmó cuando por fin pudo decir las cosas claras. Esbozó una tímida sonrisa, y los nervios desaparecieron justo cuando dejó de hablar. Se la veía tan tierna, que dejó a un lado sus cosas y se acercó a ella para abrazarla con ternura y cariño.
-Claro que te disculpo pelirroja mía.- Comienza a reír mientras la abraza fuerte. Se sentía raro, hacía mucho tiempo que no la abrazaba, pero era algo de lo más reconfortable. -No solo tienes tú la culpa, yo... Bueno.- Calló de inmediato, no estaba segura si era buen momento o si aún estaba preparada para hablar sobre el problema que las hizo estar así. Simplemente por temor a que otra vez pudiese pasar lo mismo.  -Yo tampoco hice las cosas bien. Perdóname anda.- Dijo separándose de ella para mirarla a los ojos, sonreírle para que se tranquilizase, y la volvió a abrazar, cerrando los ojos. -Ha pasado mucho tiempo, tendrás que contarme muchas muchas cosas.- Le dijo mientras ya se separaba completamente de ella, cogiendo sus cosas. -¿Me haces un resumen de camino a mi habitación? Así vemos a Rose.- Sonrió completamente satisfecha, de un segundo a otro habían pasado de estar incómodas a volver a ser las amigas que eran. Porque sabía que con Lily ya no podría volver a sentirse así, sabía que se podían enfadar una y millón de veces, pero que al volver a ser amigas volverían a ser las que eran.

Por Merlín. Realmente las disculpas no iban con la pelirroja, sin embargo, aquello no significaba que la chica no afrontara sus problemas, pero debía reconocer que las disculpas no iban con ella y mucho menos el reconocer sus errores. Pero esta vez  la situación era distinta pues la castaña sí que merecía una buena disculpa y era precisamente por ello que Lily había estado piensa y piensa en cómo entablar una conversación con la susodicha por semanas. Y la verdad era que el choque, que había tenido momento atrás, le había ayudado bastante.

Las cosas marchaban como viento en popa, de verdad se sentía con mucha suerte por la oportunidad de charlar con su ex amiga. Y después de haber sufrido paulatinamente gracias a sus nervios, por fin había cumplido con su cometido y al parecer no lo había hecho tan mal como temía. Al sentir el abrazo de la castaña, y al escuchar las palabras de esta, sus nervios y preocupaciones desapariciones completamente. Incluso diría que se sentía mas libre o mejor dicho se había quitado un peso de encima al saber que había sido disculpada.

Sonrió tímidamente al escuchar las palabras que siguieron de parte de su -ahora- amiga -tranquila, ya todo quedo en el pasado... de verdad me alegra recuperar nuestra amistad- dijo dedicándole una amplia sonrisa, de aquella que solo le salían cuando era realmente feliz y así se sentía en esos momentos. Feliz. Se sintió nuevamente rodeada por los brazos de la castaña y una vez que esta se separo, volvió a sonreír -Oh por Merlín... eso ni lo dudes, hay que ponerlos al día con todo- respondió al mismo tiempo que le ayudaba con su equipaje -Yo te hago encantada un resumen, aunque claro, tú debes decirme que tal tu estadía en Francia- le dijo, agarrando del brazo a la castaña y emprendiendo el viaje a su sala común -Espero que no hayas cambiado a Albus por algún francés...- bromeo, por primera vez hablaba de Albus sin una discusión de por medio. La verdad ya se había echo la idea de que quizás su amiga y hermano tuvieran un romance, después de todo era preferible cuñada conocida que cuñada por conocer. Si tan solo hubiera pensado las cosas antes... pero ya no importaba, ahora estaban de nuevo juntas.