Move out to the darkness// Lily L. Potter

La sala común estaba completamente vacía, es mas nadie había aparecido por horas y eso lo podía corroborar perfectamente la pequeña pelirroja, ya que esta se encontraba allí prácticamente todo el día sentada jugando con un mechón de su cabello totalmente aburrida y mirando a la nada misma. La verdad no había tenido mucho que hacer y tampoco es que quisiese hacer algo.

Mientras tiraba suavemente de su mechón una y otra vez, su mirada se clavo a lo que parecía una mancha, era pequeña  y se encontraba en un rincón del suelo. Era tan diminuta que de seguro nadie la habría notado aun, ni ella misma se hubiera percatado de la existencia de esta si en esos momentos no estuviera tan aburrida. Aprovechando su descubrimiento, empezó a imaginarse figuras en la mancha con tal de tener algo de diversión, incluso no le sorprendería que se pusiera hablar con la misma. Suspiro y sonrió ante su pensamiento, a lo mejor la mancha tenía mucho que decir, si tan solo pudiera hablar... de seguro se  desahogaría con la muchacha -Demonios Lilian ya estas empezando a alucinar- se dijo a si misma dándose una palmadita en la frente cuando se dio cuenta de las ridiculeces que pensaba. Era consciente que vivía en un mundo en donde cualquier cosa se podía encontrar -por más extrañas que fueran-, pero que de ahí ¿una mancha empezara a hablar?, eso sería más ilógico que ver al profesor Binns haciendo entretenidas las clases de historia.

Sus pensamientos y soledad fueron interrumpidas por un peculiar ruido proveniente de la ventana. Curiosa se levanto y dirigió hacia ella, para su sorpresa se trataba de Popcorn, la lechuza de su hermano James -que por cierto menudo nombre se le ocurría poner-. Sin pensar le abrió la ventanilla al animal, y este pareció darle las gracias agitando sus alas. Noto que traía consigo una pequeña carta, y acariciándole las plumas Lily tomo el pequeño escrito para luego leer su contenido. Su hermano la mandaba a llamar. La Gryffindor enseguida se pregunto el porqué, de seguro no era para nada bueno, James -para desgracia de la muchacha- siempre estaba metido en problemas y esto era muy sospechoso. Miro al animal, el cual también la miraba como si de esperar algo se tratara -hum, lo siento Pop, hoy me has pillado en la pobreza máxima- le dijo palmeando sus bolsillos para que le creyera -Pero no te preocupes, que ya me encargare que James te de algo como recompensa, mira que mandarte para esto. Yo lo pondré en su lugar por ti pequeña- le prometió acariciando su reluciente plumaje por última vez y luego la dejo ir. Miro a la lechuza hasta que esta desapareció, para luego salir de la sala común. Si la pobre mascota de James se había molestado en dejar su recado, no podía no ir, tenía que hacer valer ese viaje.

Una vez fuera de las paredes del castillo, camino sin destino exacto, James para colmo no había tenido la decencia de haberle dicho donde se encontrarían y ahora Lily tenía que arreglárselas para descubrirlo. Camino hacia los alrededores a paso relativamente lento, y atenta a cualquier señal de él. Sin pensarlo o mejor dicho sin darse cuenta había llegado cerca de la cabaña del guardabosque, y ahora que lo recordaba aquel lugar era muy frecuentado por su hermano, además que el sitio estaba bastante solitario de seguro James estaba por ahí. Echo una mirada a su alrededor pero nada, o James se había ocultado muy bien o simplemente este aun no llegaba o peor... aquí no era el encuentro.