Sonidos de la Noche [Kristen]

No puedo dormir, estoy muy inquiero y los ronquidos de mis compañeros no ayudan mucho que digamos, podría hasta bailar al ritmo de ello y sus olores es aún peor, ya no lo soporto si no salgo de aquí me volveré loco, me abrigo un poco más y tomo mi violín, quizás un poco de música me ayude a conciliar el sueño.

Voy descalzo para no hacer ruido en los pasillos, no tengo una idea clara donde podría ir a tocar, las torres son el mejor lugar, pero es dar muchas vueltas, decido caminar un poco y ver que se me ocurre.

Al final nada, por más que camino sigo sin que se me ocurra algún lugar, decido rendirme y me voy a la torre de astronomía, es la que se que esta siempre abierta, camino con mucho cuidado de no hacer ruido hasta que llego a las escaleras que conducen a la cima de la torre, es aquí donde me puedo mover rápido y subir saltando, al llegar veo que al final fue una buena idea.

El cielo esta estrellado, tan estrellado que pierdes el aliento de contemplarlo, y el aire que aquí corre te hace sentir vivo… bueno tan vivo como alguien como yo puede llegar a sentirse, me pongo en posición y comienzo a tocar, primero es apenas un murmullo, pero voy incrementando los sonidos que le saco al instrumento, ama hacerlo, amo producir música en noches así, amo ser una criatura de la noche, pero sobre todo amo ser libre.



Mi mano baila sobre el violín y con cada movimiento sale una nota aun mejor que la anterior, complementándose las unas a las otras, formando una de las cosas más bellas del mundo, la música de violín.

Salí de la cama con un largo bostezo, era bastante entrada la noche y yo no tenía nada de sueño. Me levanté, despeinada y en pijama y fui a recorrer el castillo como solía hacer cuando no asistía a clase o cuando no lograba conciliar el sueño. Decidí llevarme antes mi varita por si acaso la necesitaba, aunque esto no solía ser demasiado frecuente pues no había gente merodeando a tan altas horas de la noche a no ser que se estuviera dando una especie de fiesta secreta. Esa idea me divirtió porque yo misma era la reina de las fiestas, si alguna se daba, yo me enteraría la primera.

Mis pasos me llevaron arriba, a uno de los pisos superiores. En unos pocos minutos estaba subiendo las escaleras de la torre de astronomía. Amaba contemplar las estrellas, especialmente en noches tan claras como esa y lo cierto era que la mala localización del dormitorio de Slytherin no ayudaba nada a contemplarlas.

Según me acercaba a lo alto de la torre, podía escuchar el sonido cada vez más claro de un violín, que emitía una bella sucesión de notas, melancólica y deprimente, pero aun así bella.
Al llegar arriba me acerqué a la persona que creaba aquella belleza, que estaba de espaldas a mí. Sin querer sobresaltar al chico me situé a su lado, esperando a que terminara su melodía. Le había visto anteriormente, de hecho si le conocía de vista, era un chico de Ravenclaw pero no recordaba su nombre y curso u otra información referente a él..
- Bonita noche - comenté sonriendo. - ¿Qué haces levantado tan tarde? - esbocé una sonrisa curiosa sin apartar la mirada de su violín.

Amo tocar el violín, pocas veces tengo una oportunidad tan buena como esta, así que dejo que mi imaginación vuele y toco lo que sale de mi alma misma, el violín pareciera traducir mis sentimientos y fundirnos con la noche.

Una voz se sobresalta y rompe el encanto momentáneamente al preguntarme qué hago levantado tan tarde, no sé si lo dijo con ironía o tratando de iniciar un dialogo, lo tomare como lo segundo.

- ciertamente es una noche muy bonita, por ello tocaba el violín, en noches así uno se siente salvaje y no puede dormir – abro los ojos, los había mantenido cerrados para tocar mejor así, sin las distracciones visuales.

Hago una leve inclinación de cabeza como indicando mucho gusto – ¿y tú qué haces a estas horas de la noche? Pensé que era el único que tenía la costumbre de venir a esta torre – le digo mientras observo una nube pasar muy cerca de la luna ocultándola unos momentos, las estrellas están tan hermosas que parecen diamante incrustados en el firmamento, el olor a pino proveniente del bosque se puede sentir claramente gracias al viento, a esta altura debe de ser algo frio, pero yo lo encuentro muy agradable.

Bajo la mirada para cruzarme con sus ojos, muy lindos, posee una mirada clara y suave, pero aun así decidida ya que me la mantiene, poca gente es capaz de hacer eso.

Crucé los brazos bajo mi pecho debido al frío que hacía allí arriba. ¿Moriría congelada? Sonreí al chico mientras me acercaba un poco más a él. El sonido de su voz me hizo recordar su nombre, o al menos eso creía. - ¿Tu nombre es Lucian, me equivoco? - intenté preguntar sin tiritar descontroladamente. Nunca había hablado con él antes, lo cual era un poco raro porque el chico era bastante mono.

- No sé si me siento salvaje, pero no podía dormir - comenté con una pequeña risa no más audible que un susurro y seguí la dirección de sus luminosos ojos para contemplar el cielo estrellado. - Es cierto, hace una noche preciosa como para estar en la cama, y tu violín solo la hace mejorar - respondí mientras me sentaba en el suelo, al lado del chico.
El sonido de su instrumento había sido tan relajante como un masaje, yo misma tendría que utilizar algo similar para poder conciliar el sueño en las próximas noches ya que me costaba muchísimo dormir.

Abrí la boca para contestar algo pero en su lugar volví a centrar mi atención en el firmamente y dejé que pasaran unos minutos antes de hablar. - No suelo venir a la torre de astronomía por las noches, soy de esa gente que emplea las noches para dormir... llámame rara - sonreí con sano sarcasmo mientras me atrevía a palmear su espalda con la mano.

- De pequeña me gustaba subir aquí cuando no podía dormir o cuando me aburría... de hecho creo que mi primera cena de Halloween la pasé en este mismo lugar porque me había enfadado con mi hermana Alice - dije algo distraida a la vez que me esforzaba por no temblar de frío.