Make the stars dance {Genevive.S}

-Si observan a la derecho en el area...- La voz del profesor de Astronomía se iba perdiendo en esa noche estrellada lentamente, mientras la pelirroja cabeceaba esperando que sea el momento de irse a dormir y que las mantas y la almohada la esperen como amante solo en una cama. Estaba a punto de rendirse en un sueño profundo cuando el codazo de alguien la despertó. -Y eso es todo por esta noche, regresen a sus habitaciones, sin desviaciones- Brenda frunció el ceño, no había llegado a pestañear, no importaba, mejor, no había tenido que soportar por mas tiempo esa clase ridícula. Sin desviaciones habían dicho, pero nadie le prohibía ir al baño antes de meterse en su cama. No llego a dar dos pasos que las preguntas agobiantes de sus amigas llenaron sus oídos partiendo los tímpanos de la pelirroja con sus voces agudas. Pestañea, demostrando que esta despierta, ya bastante era que la estuvieran regañando por dormir en clase unas personas de su misma edad. Los Ravenclaw eran inteligentes, bien podrían sobrevivir sin el material teórico de una clase, no era necesario que tengan asistencia perfecta, pero la gente se negaba a aceptar su teoría.

-Al baño, no necesito que me acompañen. Las veo arriba- Sin darles demasiado tiempo, se escabullo entre los estudiantes y salio a los exteriores del castillo sin ser vista, esperaba poder encontrar a Vale, siempre era divertido encontrarse con esa chica a esas horas de la noche.
El lago era un lugar mágico, e hizo su magia, lentamente y con el leve sonido del agua la mente de la joven se relajo, y esta se dejo caer sobre el suelo como peso muerto. No pensaría en lo cansada que estaba su mente de que se preocuparan por ella, ya estaba cansada hasta incluso de pensar en ello. Comprendía porque los Mortifagos torturaban gente a veces era necesario descargarse con algo. Sacude su cabeza ante sus pensamientos, pero esboza una sonrisa que esconde el secreto. Se deja caer mas hasta que su cuerpo queda totalmente tendido en el suelo y puede mirar las estrellas tranquilas. Eran bonitas, cuando no había un profesor fastidiando cerca.

Aquella noche habia logrado escaparse por ¿123445? ¿23454 vez? de la sala común de Slytherin para dar un paseo por el castillo. Sabía que no había tanto riesgo de andar por la noche en el castillo, no por nada era una de las favoritas del director. Santana la había dejado descansar y estaba de acuerdo con el paseo nocturno que Genevieve había escogido, era ya una costumbre casi una tradición. Caminó por los pasillos, evitando a los profesores y al celador del colegio. Finalmente sus pasos sin rumbo-al parecer- le llevaron como en otras ocasiones al exterior del castillo. Genevieve se preguntaba por que siempre era al exterior, quizás por la fresca brisa que corría o por la libertad que se respiraba.

La noche estaba iluminada por la tenue luz de la luna blanquecina y llena que coronaba el firmamento lleno de estrellas que quedaban opacadas por el brillo del gigante astro. Miró a su alrededor y contempló el desierto lugar.Todo estaba en silencio, el viento mecía apenas la copa de los árboles del bosque prohibido que proyectaban tenebrosas sombras, dándoleese toque tétrico que tanto le gustaba.

Un ruido le despojó de sus aires distraídos y le alertó. Pudo ver cerca del lago negro una silueta costada en el césped y lentamente Genevieve se acercó para contemplar a una figura más o menos conocida.

—¿Brenda?—susurró un tanto confusa al ver a la joven sola y en medio de la noche—¿Insomnio?—pregunto en un tono burlón, mientras se cruzaba de brazos y observaba a la Ravenclaw con su usual rostro burlón que poco a poco adapto una expresión un poco más sombría—No deberías estar aquí—dijo con tranquilidad y cierta frialdad, desviando la mirada al lago.

Libertad. Recostada y viendo las estrellas. Era como si una canción estuviera sonando en sus oídos, esas que transportan a lugares desconocidos, que hace que uno se sienta identificado, que revive los sueños mas profundos. Su pecho se infla y baja al ritmo de una larga respiración, en la cual cierra los ojos disfrutando el momento. El césped que pinchaba en las partes de su piel que lo rosaban, y le hacía cosquillas. La suave caricia del viento que tanto a ella le agradaba y disfrutaba, como si fuera la compañía ideal en esa noche de invierno. Y las estrellas. ¿Como era que las mismas podían representar tantas cosas? ¿Como podían tener mil definiciones e interpretaciones y ser todas al mismo tiempo? ¿Porque la hacían sentir segura como si estuviera en casa? Las estrellas son siempre fieles, a veces se ven y otras no, pero siempre están, siempre están para recordar que en los momentos mas oscuros, hay luz, hay esperanza. Ojala pudiera estar tan lejos de ellas, como ellas están de mi, alejarme de todo, piensa en su mente, con una sonrisa triste, y vuelve a cerrar los ojos, fatigada por el largo día de escuela. -Ojala- Repite en vos alta para ella misma, y se dispone a dormir allí mismo. Brenda no era como las demás personas, como las personas que apenas la temperatura bajaba un grado ya se estaban quejando, ella amaba el invierno, la lluvia y su golpeteo musical, la nieve y lo maravillosa y hermosa que era. No entendía a las personas que se quejaban. No le importaba sentir el cosquilleo del frío en su piel o como su bello se erizaba para proteger la piel. La hacía sentir viva, la hacía sentir bien.

Una voz le llamo la atención, y como si la hubieran impulsado, se paro de un golpe en menos de un segundo. Una reacción normal para alguien a quien encuentran en un lugar que no debe, en horas inapropiadas. Se lleva una mano al pecho al ver que se trataba de Gene, y su vista se nubla ante el mareo de levantarse tan rápido. Sacude la cabeza. -Y ¿Tu?, tampoco deberías estar aquí, por lo tanto, las dos estamos en falta. Lo que quiere decir que me delatas, y te delatas a ti misma. Así que propongo que la próxima vez te acerques haciendo algún ruido o algo para que no muera de un infarto, y te sientes conmigo en esta noche tan hermosa- Responde recomponiéndose con la misma velocidad con la que se paro, y poniendo esa vocesita de ravenclaw tediosa, pero con una sonrisa dulce y amable en el rostro.

Genevieve arqueo una ceja ante el comportamiento, aunque era lógico, daba la impresión de que estaba ocultando algo, sin embargo, se mantuvo seria y mirando de reojo el lago y a la joven Ravenclaw. Escuchó, con una ceja arqueada, lo que Brenda decía y la Slytherin no pudo evitar soltar una risita burlona pero divertida ante su comentario. Negó con la cabeza, con un extraño buen humor y se giro a ver a su joven aprendiz.

—No hay motivos para delatarnos—le recordó Genevieve, haciendo referencia a que las dos estaban en el mismo bando—Recuerda que somos privilegiadas en el colegio—las ventajas de ser mortífagas. Asintió delicadamente y se dejo caer en el pasto, indicándole a Brenda que se sentará, dando a entender que aceptaba su propuesta, después de todo, no tenía mucho sueño y no había otra cosa mejor que sentarse a observar el cielo con una compañía agradable. Miro el cielo con un deje de nostalgia y soltó un suspiro audible para su acompañante.

—¿Cómo has estado?—preguntó con un tono más cálido, pero no la miro, ella seguía mirando el cielo estrellado, con las manos apoyadas contra el césped y ligeramente inclinanda hacía atrás. Sus piernas estaban estiradas, relajadas, moviéndose al compas de los latidos de su corazón, creando un pequeño con ritmo. Aunque Genevieve no lo admitiera en voz alta, Brenda le preocupaba y mucho. Era como una especie de instinto que la obligaba a cuidar a Brenda, como si fuera su hermana menor o su hija, cosa rara, pero sabía que tenía que hacerlo, más por que ella no sabía ni la mitad de su pasado, aquello hizo que Genevieve sintiera un poco de lástima y una preocupación más abundante por ella, pero no lo mostró al exterior, siguió seria, aunque pronto formo una pequeña sonrisa, un poco más amable.

No pudo evitar mostrar una sonrisa ante la reacción de su acompañante, e hizo un gesto con el hombro como si eso fuera lo que esperaba que pasará. Si había algo de lo que Brenda se daba cuenta, era que se comportaba de manera diferente dependiendo las personas que la rodeaban. Con los mortifagos tenía movimientos que podían, incluso, considerarse felinos. Esa postura de hombros cuadrados y mentón en algo, sonrisa altanera, era la mirada que podía, como si el mundo fuera suyo y como si estuviera segura de eso. Siempre con movimientos mas galantes y elegantes. Se sentó con un movimiento limpio sobre el suelo, su pelo cayo menos de un segundo después, y la pelirroja lo recogió de lado, volviéndolo un rulo gigante.

-Por supuesto que no hay razones para delatarnos, era a lo que iba- Comenta con una sonrisa que muestra sus dientes perfectos. Aún que evita responder al siguiente comentario que la rubia había hecho. Si, tenían una situación privilegiada, pero a ella no le gustaba abusar de ello, solo era una estudiante mas, una bastante común, sacando el hecho de haber perdido la memoria, era lista pero no lo andaba demostrando todo el tiempo, no se consideraba bonita ni atractiva. Pero estaba en ese grupo de gente, que hacía que las personas agacharan la mirada cuando los veían. No entendía esa parte de comportamientos, pero una parte de ella le indico que había cosas que era mejor no preguntar.
El tono cambiante de Genevive, la hizo sentir mas cómoda, y sintió un alivio que no debería sentir, no se había dado cuenta de que estaba tan tensa, y sonrió por eso. -Pues, muy bien, sacando el hecho de que tuve la clase mas aburrida del mundo. Y no estoy hablando de las de CCM, esas son aburridas por naturaleza, los hipogrifos orgullosos son lo único interesante, y los vi en tercero, por lo que no los recuerdo.- Su tono no delata tristeza ni abatimiento, sino simplemente aburrimiento hacía la materia. Ya se había acostumbrado a bromear sobre su mente sin recuerdos, porque esa era su realidad, su naturaleza. Si, su mente también cambiaba dependiendo de la gente que la rodeaba. Brenda, en si, era muy cambiante.