Gryffindor Team! [Equipo de Gry]

El cartel anunciando el primer entrenamiento como equipo había estado ahí desde el domingo. Con letras rojas y el escudo oficial del equipo, los nombres de todos los integrantes , el día y la hora.
La emoción de ponerse el uniforme por primera vez, de un radiante escarlata puro con detalles en dorado, podía reflejarse en sus ojos verdosos , escondió sus orejas con unos googles que Scott le regaló y su cola bien escondida bajo la túnica del uniforme, la idea era poder mantener el equilibrio y no asustar a medio equipo en el intento.

Esperó a que Goh terminase de ponerse el equipo y le dedico una pequeña sonrisa, ya que últimamente la cercanía del pelirrojo provocaba que su corazón diese saltos y se acelerase.
Una vez listos, tomaron sus escobas y se dirigieron al campo. Era un clima adorable a pesar de que el viento frío hacía de las suyas, el radiante sol de media tarde daba el calor suficiente, como animándolos a subirse a las escobas y surcar el cielo azul y despejado.

Miró al resto de sus compañeros, pero se mantuvo en silencio como siempre, mirando a uno y a otro, analizandolos en un completo mutis pero alerta a todo lo que ocurría a su alrededor.
Se preguntaba que estaría pensando cada uno ¿se sentirían igual que el? con ese cosquilleo en el estomago, y un poco de impaciencia y a la vez la incertidumbre de saber si como equipo podían encajar, si se llevarían bien o de la patada...
Pero también sentía mucha emoción, el Quiddich era una de las cosas que más le gustaba y por fin podía mostrar sus habilidades ante aquellos nuevos compañeros.

Por fin los siete leones del equipo escarlata y oro estaban reunidos.

Horas y horas de estudio era lo que últimamente mantenía ocupada la mente y la totalidad del tiempo del joven Schwart. Ya había pasado mas de la mitad de enero y la copa de quidditch del colegio todavía no había empezado a jugarse, el temor reinaba en el interior de los muros de Hogwarts y ningún representante de los equipos tenia la temeridad de exigirle al nuevo director que comenzaran los partidos. Aun así, para sorpresa del cazador de Gryffindor, un cartel coronaba el tablón de anuncios.

-Entrenamiento para el nuevo equipo de Quidditch de Gryffindor.
Sabado a las 12 en los terrenos del campo.- Una lista con los nombres de los integrantes cerraba el anuncio.

El Gryffindor llevaba desde segundo curso jugando para representar a su casa, en la lista se encontraban varios de sus compañeros de otros años aun así, como de costumbre había nombres nuevos y dado que el no estaba en la preseleccion del equipo (de hecho no sabia ni cuando se había producido) no conocía los rostros de los mismos.

No era frecuente no conocer a estudiantes de su misma casa y con certeza sabia que cuando los viera los reconocería simplemente de merodear por la sala común, o de quizá sentarse juntos en alguna de las incontables cenas que había presenciado en el comedor. Sacó el uniforme de juego del armario junto a todas las diferentes protecciones de cuero negro, el numero dieciocho estaba plasmado en dorado en la espalda de la túnica escarlata y sobre el mismo estaba el apellido del cazador.

Llegó al campo por el aire, hacia unos meses que no sacaba la Nimbus a dar un buen paseo y quizá debería darle algunos retoques antes de los partidos. Las nuevas escobas eran bastante similares a los diseños de hacia décadas pero su velocidad y manejo no se asemejaba lo mas mínimo, aterrizo suavemente sobre el terreno y se introdujo en el portón que daba paso a los vestuarios del equipo donde se encontraban ya varios integrantes.

Suspiró pesado, bueno si, entendía que las cosas no estaban bien, y que a pesar del sol el viento frío podía ser una molestia, sobre todo porque había montoncitos de nieve por todos lados y a la noche seguramente caería más.
Miró a Goh, nadie parecía querer decir nada, y rogó por todos los cielos que Ethan no empezase de nuevo con sus charlas, no es que el chico fuera malo, o lo que dijera aburrido, sino simplemente aún no se acostumbraba del todo la acento inglés y se le hacía difícil a veces seguir la charla sin perderse o empezar a tener dolores de cabeza.

- Bien.. vamos... empecemos con el calentamiento, así cortamos el frío del viento - abrió el cajón y sacó la quaffle, esperando a que los dos bateadores estuvieran en el aire para liberar las bluggers.

- Buscadora - llamó a la ocupante de ese puesto - hoy es ideal para que entrenes contra la reflexión de la nieve, así que no pierdas tiempo-

Se levantó y se montó en su escoba pidiendo que le pasaran la quaffle y haciendo pases de calentamiento con sus dos compañeros cazadores para luego empezar con un básico de tirar a los aros desde el área permitida.

(¿Qué se supone que haces posteando otra vez? xD Tienes que esperar a que todos entren, y no dar por hecho que ya estamos todos allí. Como bien tú has hecho, has posteado y has llegado, deja que todos hagan los mismo. Espera tu turno.)

Miró un pequeño reloj que marcaba pasada la hora en la que la muchacha tenía una cita con su equipo de juego. Rodó los ojos casi sin pensar, últimamente no prestaba demasiada atención a sus obligaciones y era algo que tampoco le importaba. Sus pasos eran sosegados, pese que llegaba más de un cuarto de hora tarde, no tenía prisa por encontrarse con sus compañeros, a parte para ver a su primo y a Rose. Parecía que el tiempo estaba de su parte, raramente en un día de inverno había tanto sol, pero aquello era algo que le agradaba. Por el mismo, decidió que sería suficiente llevar el chaleco donde se veía un número 3 de color amarillo en la parte del estómago y su apellido en la espalda. Hacía tiempo que se había acostumbrado al equipo, las protecciones era algo de lo que nunca se iba a acostumbrar, pero poca protección era suficiente. Movió sus dedos intentando que la sangre le circulara, quizá es que se las apretaba demasiado.

Cuando pisó el césped del campo, el sol estaba en lo más alto del cielo. Para su sorpresa, solo habían dos personas en medio del gran campo, reconociendo solo a una de ellas. Sostenía sobre su mano izquierda la escoba que con tanto anhelo esperó meses, y saludó con la mano libre a su primo.
-¿Me he perdido algo?- Sonrió al moreno ya conocido y le guiñó un ojo. Se preguntaba donde es que estarían su amiga y los demás del equipo. Chloé había permanecido toda la mañana en la habitación y cuando se despertó solo habían dos chicas más, Rose se había ido de buena mañana. Desde entonces no la había visto, no había bajado a desayunar por lo que era más que probable que allí fuese donde se encontrase.
-Me pregunto donde están todos.- Miró hacia la entrada del campo, pero ni rastro de una persona vestida de rojo fiesta.

El campo se veía realmente precioso con esas vistas, la nieve cubría la totalidad del césped y algunos postes. Entrenar era algo que siempre le había gustado, pero cuando era invierno lo aborrecía. Gracias al tiempo meteorológico, hoy era un día donde se entrenaba a gusto, pero aún así el aire hacía de las suyas. El sol tampoco es que calentase demasiado, por ello tampoco pasaría calor. De repente oyó una voz no conocida para ella y miró hacia esa dirección levantando una ceja.
-Cuando lleguen todos deberemos elegir quien es el más apto para ser el capitán.- Miró de reojo a su primo. Sonrió haciendo caso omiso a lo que el otro compañero había dicho y adelantó unos pasos, alargó la mano sobre el cofre que se mantenía abierto y soltó la pequeña snitch. Dejó darle ventaja y en pocos segundos una patada hizo que tomase fuerza y saliese disparada hacia el cielo.

Hace ya un largo rato que me encontraba recostada sobre la gran roca frente al enorme castillo, mi colegio. Cuando mi castigo termino no tarde en ir hacia la sala común de Gryffindor donde planeaba pasar las horas hasta la hora de ir a comer algo, pero fue cuando James apareció que mis paz se esfumo, así con un simple puf.  Mi primo me aviso sobre el primer entrenamiento de Quidditch, luego de las pruebas para entrar al equipo, pero para sorpresa de cada uno aun no teníamos un capitán selecto, puesto que el anterior.. bueno mejor no hablar de eso, habíamos evitado ese tema por estas largas semanas, pero el Quidditch, el equipo de los leones debía seguir como cada uno de las otras casas, aunque según me había llegado el rumor las otras casas tenían una situación familiar con el puesto del capitán. Había tomado mi escoba y el libro que horas de entretenimiento me brindaba; a diferencia de alguno de mis compañeros mi uniforme estaba guardado en los vestuarios del campo, de la última vez que había estado ahí.

Levante la vista de mi lectura para encontrarme con el hermoso paisaje de la nieve cayendo sobre las altas torres de Hogwarts. Con una mano en cada tapa lo cerré con fuerza y me pare de un salto, con la escoba en mano comencé mi carrera hacia el campo. Seguramente llegaría a tiempo, pero con el hecho de tener que cambiarme.. Una risa se escapó mientras caminaba, tendrían que esperarme.  Los vestuarios estaban vacíos cuando puse un pie en ellos, me cambie rápidamente guardando el libro y mis prendas, y corrí hacia afuera, pocos minutos después unas figuras conocidas llegaron a mí.  En el centro algunos Gryffindor’s esperaban a los faltantes.  

Les dedique una sonrisa a cada uno. – Ehy – salude mientras caminaba junto a Alexis me apoyaba sobre el palo de mi escoba. Al parecer no era la última en llegar, no me gustaba llegar tarde a pesar de que me pasaba con costumbre.  Alex fue el primero en hablar, sacando las pelotas y hablándole a mi amiga.  Reí  libremente. – Ehy, calma león – le guiñe un ojo. – Creo que tenemos una votación pendiente.  ¿Saben dónde están los otros? – dije mirando a Ethan especialmente, quizás él se había cruzado con James o Frank. Teníamos que sacarnos el tema del capitán lo antes posible, a pesar de que tenemos que tomarnos nuestro tiempo para pensar bien nuestro voto, el echo de que los otros equipos nos lleven la delantera no era bueno.

Recorrí el lugar con la mirada detenidamente. No había prácticamente nadie en los alrededores  mas que una que otra persona en las gradas, que al ver seguramente como el grupo comenzaba a tener tamaño comenzaron a retirarse. No podía quejarme de ellos, yo misma sabia que el Campo de Quidditch era un lugar tranquilo para pasar el tiempo, pues más de una vez me había apropiado de un rincón para pasar el rato.  Cada torre vestía de un color diferente, rojo y dorado, esmeralda y plata, amarillo y negro, Azul y Bronce, siguiendo con ese patrón una y otra vez.  Gran parte del lugar estaba cubierto de la fría y delicada nieve que hace mas de un mes nos acompañaba. Volví a mirar al equipo, sabia que no todo nosotros teníamos una buena relación, estaba segura que mas de uno tenia una que otra bronca con el de al lado, pero eramos un equipo ahora, y sabia que a la hora de estar en el campo la rivalidades ya no importaban. Le di un leve golpe en la pierna a Chole saludándola cuando obtuve su atención.

Quidditch el mejor deporte a su ver, al fin, después de semanas de no entrenar, ni de tener una sola reunión con el equipo, había al fin aparecido el pergamino con los horarios de los entrenamientos en el tablón de anuncios, de no haber sido por eso seguramente seguiría durmiendo a pierna suelta como cualquier otro sábado de la semana, a menos que fuera uno de ir a hogsmade, solo por esos dos acontecimientos podía levantarse relativamente temprano un fin de semana, y aun con todo que eran mas de de las 12 del dia estaba bostezando y estirándose en los vestidores al lado de Kuroneko, si Alex no lo hubiera despertado probablemente se hubiera perdido la selección del capitán, se suponía que aquello era de lo primero que se debía de hacer antes de que la temporada de partidos empezara, pero con el nuevo “sistema” en el Colegio pues esta nisiquiera había empezado por lo que técnicamente estando en Febrero apenas iban a hacer la selección .
Awwwmmm –bostezo mientras terminaba de ponerse su uniforme con el numero 5 en la espalda, era como una ironia del destino que llevara ese numero dado que su nombre prácticamente quería decir 5 en japonés, rodo los ojos olvidando aquello y miro a Alex sonriéndole y dándole animos con su cercanía, todos los demás del equipo fueron llegando, “chicas” pensó, se había olvidado que su equipo era mixto como no solia frecuentar a las mujeres de su casa solia ignorarles o hacerlas a un lado, pero si ahora recordaba que Rose era la otra golpeadora, bueno al menos era una amiga suya, o bueno lo mas amiga que podía dejar ser a una mujer para consigo, pero el apellido Weasley le ayudaba bastante a la chica, se hizo crujir el cuello, echándose su escoba al hombro para salir de los vestuarios e ir al campo siempre seguido de su amigo con el cual charlaba en japonés, en parte porque era inevitable no hacerlo y en parte porque bueno le gustaba ver como les veian por hablar en otro idioma que no fuera el ingles, sabia era una falta de educación, pero hey ¿Quién dijo que el era educado?, aparte Alex se sentía mas comodo en su idioma natal.

Bueno, ¿a que esperamos? tenemos que volar, no se ustedes pero yo si no monto mi escoba ahora terminare acumulando polilla -pregunto cuando todos ya estaban en el campo, aunque conto a los jugadores y faltaba uno- a si...falta un cazador -suspiro pesadamente mirando a Alex y luego a las chicas y a James, ya tenia su decision o al menos una opcion para el capitan, no era ninguna de las chicas eso era seguro, ahora solo estaba entre Alex y James, los dos eran sus amigos, asi que no sabia a quien darle el voto.

No había visto el cartel de anuncio de las practicas las dos veces que llegué a pasarle por el lado. Pero según dicen los muggles, la tercera vez era la vencida, y fue entonces cuando distraída por ya ni recordaba que, pude ver el anuncio. Por supuesto leí con detalle toda la información que se ofrecía sobre el primer entrenamiento del equipo para este año. Muchísimo se había tardado, pero no podía dar queja de ello considerando la situación actual. De hecho, me sorprendía mucho mas, saber que estaban renovando algo como el Quidditch. Llegué a dudar si asistir o no. No estaba para ser blanco de algo a lo no sabría como defenderme. Bien quería mi padre sacarme del castillo de una vez, seguro le mataría saber que había decidido continuar con el equipo y asistir a tan sospechosa practica.

En mi habitación encontré todo mi vestuario y la escoba. Todo nuevo y claro esta auspiciado por mi padre. Solo la chaqueta con mi apellido y número había sido entregada por mi madre. Emocionada de ser parte del equipo, cuando había logrado entrar en mi quinto año me había dado la primera, lo había seguido haciendo con las próximas que necesite y esta última, había dado por sentado que no lograría usarla en el campo. Pero esto era lo mío. Jugar y volar en escoba era un talento demasiado nato para ignorar.

Literalmente corrí por los pasillos deseosa de una vez subir y hacer lo que sabía, fuera o no una trampa para alguna broma. Estaba segura, que ya sobre mi escoba,no era blanco fácil para nadie.

A penas a mitad de camino y subí a mi escoba. El frío me golpeo la cara y entro por mis porros hasta los huesos, pero no me importó. Era refrescante. Justo lo que necesitaba y daba mi vida a que algunos de mis compañeros también, fueran los nuevos o los viejos jugadores.

Llegué al campo, justo a tiempo para darme cuenta que los demás subían o ya estaba sobre sus escobas. Llegué a ellos sin afán de hacer mucho alboroto y me mantuve estable sobre el aire. Dirigí mi mirada entre los presentes. Rostros conocidos me devolvieron la mirada, rostros que conocía no solo por ser del mismo equipo y casa, sino porque ya llevábamos tiempo como un equipo. -No han elegido sin mi ¿cierto?- no hacía falta decir a que me refería. Era mas que obvio el tema principal antes de jugar propiamente.