¿y habrá suerte mejor que ser la ceniza, de que está hecho el olvido? | Silver

Camino con lentitud hasta los vestidores para cambiarme allí, porque la última vez mi uniforme tuvo un desenlace desafortunado ―al igual que la mitad del equipo― y tuvo que permanecer algún tiempo siendo remendado. Mis pies se sienten como plomo y pareciera que se hunden a cada paso que doy, siendo más difícil elevarlos y seguir avanzando. El entrenamiento de hoy se ha previsto para dentro de dos horas, pero tomando en cuenta mi bajo rendimiento en los últimos encuentros, creo que le debo algo a mi equipo. Y la cuestión aquí no es si le pongo más esfuerzo o dedicación a este deporte casi pasatiempo, es si en verdad puedo seguir haciéndolo. Por una parte están mi obligaciones como mortífago que cada día que pasa me consumen más y más, por otra el Quidditch, la religión de mi familia. Hasta ahora no creo que haya algo más sagrado para los Weasley-Potter que el Quidditch, salvo quizá la propia Familia. En resumen, solo se trata de decir si lo dejo o no.

Una vez en el interior de los vestuarios de nuestro equipo, arrojo mi túnica en la banca y poco a poco retiro cada prenda para cubrirme con una nueva. Mi desgastado y viejo uniforme, tal como lo recuerdo, ha desaparecido. En su lugar hay uno de tela nueva, limpia y brillante. Supongo que es obra de las buenas relaciones que el equipo y la casa Slytherin tiene con algunas personas importantes. Me dirijo hasta el baúl que guarda las diferentes pelotas del juego y lo arrastro hasta la salida, en esencia yo solo debo preocuparme por uno ―claro por las demás un poco también, sobretodo tener cuidado de la bludger― pero hoy solo quiero golpear. Golpear tan duro como mi fuerza me lo permita. Así que antes de abandonar aquel lugar, tomo de uno de los bates y lo apoyo sobre mi hombro.

Fuera, lo primero que hago es liberar la quaffle y golpearla. Observo en silencio como se aleja por los aires, y como esa sensación cosquilleante comienza a instalarse lentamente en mi cuerpo. Agradable y vaga  a la vez, sí, así es como la recuerdo.

me encontraba caminando por los pasillos ya que  hace unos minutos había terminado mi clase de encantamientos y me dirigía a mi habitación para sacar algunas cosas para luego poder ir   al campo de quidditch a entrenar  un poco antes de que empezara la practica con todo el equipo, a pesar de que eh estado como guardián desde segundo año siempre es bueno seguir practicando ya que cada día se puede aprender algo nuevo o se puede ver nuevas técnicas o tácticas que se puede usar en los encuentros....llegue a mi habitación cogí lo que necesitaría y salí de allí, dirigiéndome a el campo de quidditch con cada paso que daba podía a recordar la primera ves que fui guardián en el equipo...como si pudiese regresar al pasado , como una película,
al llegar al campo fui a los vestuarios , me cambie de ropa y luego me coloque los protectores ....salí al campo y lo primero que hice fue verlo por completo  , estar ahí solo , era muy relajante y tranquilo en mi opinión era mucho mejor que cuando esta toda la gente gritando como locos...tanto para que a ninguno se le escuche   .... bueno supongo que ya es hora que empecemos-susurre mientras cogía mi escoba y me coloca encima de ella para iniciar el vuelo, primero que todo di un par de vueltas al campo con mi escoba y luego me coloque en donde se encontraban los aros, me puse a pensar o a imaginar cual seria o como seria si me atacan de un lado o de otro.. en ese momento pude ver a una persona entrar al campo.... quien sera-me pregunte mentalmente ya que de donde me encontraba no se podía distinguir .......me acerque desde el aire y  pude notar que se trataba de uno de slytherin, me acerque aun mas y pude ver con mas precisión de que se trataba de albus, fue raro verlo antes de empezar la practica, al menos con tanta anticipación.
pero justo antes de poder decir algo vi como lanzo una quaffle con fuerza al aire...epa ..veo que estamos de mal humor -pensé refiriéndome a lo que vi de albus.... la lanzo con tanta fuerza que incluso llego a la altura donde me encontraba así que la cogí con una mano sin dificultad ....

hey -dije en voz alta para que me pudiera escuchar....deberías tener mas cuidado si arrogas esto -dije acercándome a el por los aires con mi escoba

Dejo que me invada, me llene aquel sentimiento de placer y goce. De pronto vuelvo a sentirme ligero, como cada vez que estoy sobre la escoba, cruzando el cielo tras un único objeto: una pequeña alada dorada. Se siente bien, quizá demasiado, como el sabor del chocolate caliente en invierno, o la cerveza de mantequilla en una visita a Hogsmeade con los amigos, o el perfume de esa persona especial que tanto ansias. No creo que haya una sola forma de explicarlo, mucho menos de definirlo porque el Quidditch  no es solo un deporte, una afición, un modo de vida, o cualquier otra cosa, es Quidditch con todo lo que ello representa. ¿Y hay personas que se atreven a cuestionar su valor? Es porque aún no han descubierto todas las emociones y experiencia que puede ofrecer. Me centro en el peso del bate, girándolo en el aire mientras espero el regreso de la quaffle que acabo de despedir, porque por supuesto que volverá. Sin embargo tras un par de segundos, noto que su regreso no es tan solitario como su partida. Una persona flota a unos cuantos metros sobre mí, y con él, se encuentra el objeto de mi espera. Entrecierro los ojos un poco y hago uso de la palma de mi mano que bloquea algo de luz, para poder determinar la identidad de mi nuevo acompañante.

―¿Debería?― pregunto mientras observo como lentamente desciende hasta a mí. Con menos altura y menos rayos de sol directos a mi rostro, alcanzo a ver que el chico en cuestión se trata nada más y nada menos que del guardián del equipo. Y me dirijo a él como “el guardián” no porque no sepa su nombre ―tratándose de un compañero de casa y deporte, sería ingenuo o tonto si no lo supiera a estas alturas― sino porque es la única característica que soy capaz de atribuirle. En esencia, Silver Aragon me es un tanto desconocido. Para ser slytherin dista mucho de actuar como uno, y con ello me refiero a que sus ideales no son para nada compatibles con los que predominan en este momento el colegio. ―Si bueno, no es como si se tratara de cualquier lugar― respondo a mi propia cuestión, remarcando el hecho de que se trata del campo de Quidditch. Quaffles, bludgers y snitch son la cosa más común que puedes encontrar, entre otras cosas. Espero a que me ofrezca de nuevo el objeto para devolverla a su lugar, por el momento no siento más esa necesidad que abatir lo que me ponga en frente; y la sensación de libertad también se ha marchado, dejándome en el vacío. ―Parece que no fui el único con la idea de venir aquí antes que el resto del equipo― suelto con casualidad. Sin duda lo que menos esperaba era encontrarme con alguien más y con la misma idea que venía yo. Aunque ya que estábamos aquí, quizá nos fuéramos de ayuda el uno al otro.