Esto es lejía y muerte. El corrosivo estar, el malestar muriendo es nuestra muerte. | Dominique

Camino en silencio sobre el largo pasillo con las manos en los bolsillos. Algunas personas pasan a mi lado con prisa y pienso que es posible que sea tarde ―o que simplemente no quieran estar en el mismo espacio que yo― por lo que yo también debería apresurarme si deseo estar a tiempo en clase; pero no puedo irme sin mirar la placa. ¿O debería decir placas? En realidad no importa, porque ambas representan la misma idea: que no soy y jamás seré yo. Probablemente sea James, o inclusive Lily, sin duda el apellido Potter aparecerá una tercera vez en aquella vitrina, pero no por mí. ¿Qué es lo que en verdad quiero? No estoy seguro.

Subo con inconscientemente el tirante de mi bolso que comienza a resbalarse hombro abajo y aprieto el paso solo para dejar de una vez el corredor. Cuando me posiciono a la puerta indicada me detengo, lanzo una mirada fugaz a mi alrededor asegurándome de que nadie más me vea, empujo con mi costado derecho la puerta y entro. En el interior, me enfrento al vacío y silencio de la sala, y entonces sonrío. He notado que en los últimos días lo hago con más frecuencia, pero no cuando estoy entre personas, no, solo viene cuando me encuentro solo. Avanzo con mi vista fija en aquellos muebles transparentes que dejan a la vista su contenido. El tesoro es expuesto sin ningún tipo de seguridad, y sin embargo quien lo encuentra no puede más que admirarlo, dejarse deslumbrar y albergar una pizca de esperanza de que en un tiempo alternativo o paralelo, su nombre se halle en ese mismo sitio.

Repaso con rapidez la línea superior, los nombres vienen y van; y sin importar cuantas veces los haya visto nunca quedan fijos en mi memoria. Paso a la segunda, aun mantengo un tanto elevada mi barbilla pero para la tercera no es necesario que alce la vista, porque lo que busco está después de todo frente a mis ojos. Parpadeo un par de veces y después suspiro. No hay más que hacer, me digo a mí mismo, tampoco le veo el sentido al venir a este lugar si siempre me llevo la misma impresión después de marcharme, pero igual no puedo evitarlo. Es como es, muchas cosas no pueden explicarse razonablemente.

sumergida en la rutina, posiblemente era la único que me mantenía a salvo de algo peor, psicologicamente hablando, después del ultimo tiempo nada había sido igual, todo había cambiado de un momento a otro, había estado a punto de unirme a los mortifagos, solo falto un poco, mi padre murió para evitar mis decisiones, murió para dejarme sola, y sin amparo.. si había encontrado un hombro en mis primos , pero y eso que?. yo quería a papá, todo eso me había hecho dudar de todas las decisiones del ultimo tiempo, tenia que ir a clases, pero no quería, quería salir de la maldita rutina... quería volver a ser yo, la dominique de antes .. pero eso no volvería a ser así, mis pies me llevaron a la sala de trofeos, quería estar sola un momento... que importaba si perdiera las clases.. una mas una menos.. daba igual a estas alturas.
la abrí con lentitud.. no sabia que me encontraría con alguien ahí después de todo era algo tarde...
lo observe un momento, sombría.. sabia quien era, sabia en que pasos andaba, sabia a que bando pertenecía, en el fondo desconfiaba, pero sin embargo y pese a todas las contrariedades que llevaba, en estos momentos era en quien mas confiaba de la familia.-Al- susurre cerrando la puerta detrás de mi.
que hacia aquí?, viendo los trofeos.. teníamos mas que claro que nuestros nombres nunca serian parte de esta sala, aunque seguramente llevaba mas peso para el... no habíamos hablado prácticamente nada después de la muerte de mi padre.. posiblemente estaba evitándome.. culpa tal vez... aunque dudaba que el supiera algo de lo que pasaría.. y por otro lado si el sabia, porque no me dijo.. se trataba de mi padre.
camine hasta su lado, mi expresión era fría, mi postura recta, alce una ceja- creo que nos debemos una conversación- dije de forma agria... nunca nos tratamos así.. sobre todo el era quien lograba sacar un lado tierno en mi, hice una mueca.. quisiera tratarlo como antes... pero me es imposible.

Acomodo una vez más mi mochila sobre mi hombro, dejando una mano puesta sobre el tirante, y pienso que va siendo hora de partir. Que me haya convertido en un as en pociones no significa que desee perder la materia, así que asisto con regularidad; después de todo es una de las pocas cosas que me hace más amena mi estadía en este sitio. Doy un paso atrás, comenzando la retirada, pero mi mirada no se aparta del mismo punto. Estoy perdido, perdido en un mundo de deseos y sueños que no se realizarán, tan perdido que ni siquiera me he dado cuenta de que ya no estoy solo, de que una figura silenciosa se ha infiltrado en mi pequeño espacio personal, dónde he bajado la guardia. Respiro profundo, y giro mi rostro en la dirección de donde proviene la voz. Me toma solo dos segundos procesar el tono y entender que no se trata de algún enemigo por lo que me tranquilizo internamente. La observo con detalle, tomándome mi tiempo, porque parece que han pasado años desde que nos encontramos y charlamos; y eso ya es decir mucho tomando en cuenta que vivimos en el mismo lugar, compartimos sala común y una que otra clase. Sin embargo, las cosas no han sido lo que fueron, y parte de mi sabe que jamás lo serán de nuevo.

―¿Crees?― respondo a cambio con una mirada más cálida en comparación a la que ella me muestra. Mi tono inclusive ha sido un tanto inocente y amigable. La sospecha crece fuerte en mi interior, sé que es lo que quiere pero no soy quien le pueda dar respuestas. Mejor si cambio el tema para evitarle más pena y dolor, ya ha tenido suficiente de eso. Todos hemos tenido ya bastante. ―Antes saludabas― continuo de la misma forma, sin cambiar mi expresión. La observo, conectando con sus orbes cristalinos. ¿Qué sucedió con ella? Se pregunta la Voz, esa que nunca guarda silencio. Y no puedo decirle lo que le sucedió porque es demasiado complejo como para explicármelo a mí mismo, por lo que mejor opto por guardar silencio. Me muevo a un lado, rompiendo la conexión entre los dos. Estar acostumbrado a ver la pena en los ojos ajenos puede no ser nada, pero cuando se trata de uno de los tuyos, algo se fisura. A la larga tantas grietas, no pueden ser buenas.

―Aunque antes era distinto, ¿cierto?― añado ingenuamente. Me acerco más la puerta y me apoyo contra ella, mirando hacia un punto en lo alto, hacia la nada.
―Deberíamos ir a clase― susurro, esperando que con eso posterguemos una vez más el tema; pero siendo como es ella no creo que funcione. ―hoy prepararemos algunos antídotos, nunca sabes cuándo pueden hacer falta.

antes saludab?'.. yo saludaba.. oh claro a el siempre le saludaba....rodee los ojos con ligereza- si lo creo...-susurre... aunque no era una conversación en si, era una pregunta y yo quería la respuesta.. pero me la daría?...
me cruce de brazos al oír su tono.. como era posible que actuara como si nada.., a lo mejor y solo quería calmarme.. llevarlo todo por la tangente... - no iremos a clases.. no aun- mencione alzando una ceja.. de cuando aquí era tan importante una clase de antídotos...solo quería evitarme.. me di vuelta con paso lento quedando frente a el.. la distancia entre nosotros se hizo corta... nuevamente, le mire a los ojos.. tiernos expresivos...

suavice mi rostro a solas no podía comportarme así con el, hice una mueca- dime si lo sabias- masculle entre dientes sin saber si comprendió mis palabras, desvié la mirada- dime- susurre en una suplica leve. me estaba mostrando demasiado vulnerable, en un lugar donde en cualquier momento podría entrar alguien, aunque lo dudaba.
mi mente era un revoltijo de dudas, preguntas y rabietas , que no saldrían de ahí tal vez jamas, pero era preciso que el me lo dijera, aunque me confirmara que el no sabia, las cosas no serian como antes, si podría ignorarlas, pero el dolor no pasaría, nunca.. por culpa de su grupo había perdido a mi padre, por culpa de un grupo, al que casi me había unido... pero ahora no.... representaban mis ideales.. de cierta forma lo que quería para este mundo, pero no podía unirme a un grupo que había matado al hombre mas importante de mi vida.. sin embargo tampoco lucharía contra ellos.

Pienso que no es humanamente posible que una persona desee martirizarse a tal punto, pero por otra parte, si yo estuviera en su lugar posiblemente sintiera la necesidad de una palabra que aliviase toda esa angustia. Incluso así, no soy capaz de entender ni remotamente su búsqueda obstinada. Así que solo atino a mirarla con algo de confusión. Ella camina más cerca de mi, y por un instante eso me molesta porque sé lo que significa: es un acto de coacción. He visto como se emplea dicho movimiento en incontables ocasiones, desde que trabajo con mis camaradas, instruyendo a los más jóvenes. Generalmente ellos se encargan de la parte física mientras yo me mantengo al margen para limpiar la escena. Eso soy, la persona que arregla los daños colaterales que pueden implicar evidencia.

En el último instante todo sentimiento de aversión y de amenaza se evade de mi cuerpo y me quedó con la sensación de vacío. ―Por supuesto que no― susurro tan bajo por el enorme esfuerzo que me toma articular esas simples palabras. Por supuesto que no, las palabras forman eco y eso lo hace más profundo, penoso. ―No soy tan importante como para que se me informara algo así Dom, yo soy solo un simple peón en el tablero. Sacrificable y reemplazable― bajo la vista al nivel de mi zapatos. Cuando comencé a formar parte de esto, me dí demasiada importancia a mi mismo. Solía pensar que por ser yo, por ser todo lo contrario a un Potter, eso me hacía valioso y diferente ante sus ojos. Y aunque en parte lo era, con el tiempo noté que eso no necesariamente me hacía un espécimen exótico. Ahora tenía más que claro que tampoco era completamente necesario. ―Lo supe tan tarde como tu, como el resto, tan tarde como para actuar― o implorar. Sé que nada hubiera servida apelar pero, con seguridad me hubieran hecho probar que podía eliminar cualquier obstáculo o reto que se me pusiera en frente; y eso hubiera sido mucho peor. ―No intento excusarme, eres libre de creer en lo que digo, o no; pero hay memorias que ni yo soy capaz de traicionar y simplemente darles la espalda así como así― pese a no sentirme unido a todos los Weasleys o Potters, hay personas que simplemente no se dañan, el tío Bill entre ellos.

si, debería confiar en mi instinto mas a menudo antes de poner en duda a las personas mas valiosas en mi vida, las pocas que tengo, lo escuche en silencio sin apartar mi mirada de su rostro, fija en sus expresiones, alce una ceja, solo un peón, era obvio, aunque no tanto, después de todo ser diferente al resto de la familia, solo significa contener sobre nosotros su desconfianza, pero no significa que en el otro lado vayamos a ser mas importantes, en lo absoluto, solo sera un mar de humillaciones, de cierta forma agradecía, no haberme unido a los mortifagos, seguramente ademas de dolor , sentiría culpa y quien sabe que mas, no era buena liando con las emociones.
-lo sabia- susurre lanzándome a sus brazos, lo abrase, lo abrase lo mas fuerte que pude escondiendo mi rostro en su hombro, fue entonces cuando las lagrimas brotaron sin poder yo hacer algo, no había llorado, no me había desahogado, me había mostrado fría impenetrable, como si no importara, y ya no podía mas.
por supuesto albus no era tan cruel como yo, el no le daba la espalda a la familia, pero yo?.. yo lo hubiera hecho sin dudarlo, el conocía lo que era tener una familia amorosa, ser importante dentro de esta, pero yo no, la única persona con quien mantenía buena relación era mi padre y ya estaba.
me clame de a poco- trata de ser un buen peón, entonces, no quiero perderte a ti también.- susurre en su oído con pesar.

No soy consciente de mi cuerpo, ni de lo que sucede. De pronto mi necesidad por evadir el tema se ha esfumado, así como la tonta excusa de ir a clase. Todo eso ha pasado a un segundo plano, ahora, todo lo que quiero es arreglar lo que hay aquí, con ella, porque es y siempre será mi familia. Y mientras pienso en lo que puedo hacer o decir para que aquella chica rubia se sienta menos sola y más amada, me toma por sorpresa sentir sus delgados brazos rodeándome.

Fuerte y húmedo, es todo lo que mi cerebro puede procesar porque nunca he sido bueno consolando a las personas. Aún cuando de niño solía ser más atento y cuidadoso, cada ocasión en que Lily lloraba, yo me limitaba a distraerla para evitar que continuara sollozando. Ya fuera cantando para ella, mostrandole alguna extraña mueca, haciéndola reír, lo que fuera, con tal de no verla en aquel estado. Esta era casi la misma sensación, salvo que con unos años más, ya no me sentía capaz de cambiar su dolor en alegría. El tiempo no siempre significaba experiencia.

Mi mochila se desliza hacia abajo y esta vez no hago nada para re-colocarla en su lugar, la dejo caer, es solo peso muerto. Con mi cuerpo liberado y más ligero, hago lo único que puedo hacer con mis brazos. El izquierdo se mueve hasta posicionarse alrededor del cuerpo tembloroso que derrama lágrimas en silencio; mientras el derecho permanece rígido, el puño apretado. ―No, no lo sabías― le contradigo, pero a estas alturas dudar y cuestionarse hasta de sí mismo es de sabios, y ella a actuado bien. ―Y no te culpo ni te reprocho nada, salvo quizá que hayas tardado tanto― de otra forma, esta pequeña pausa entre nuestra unión no se habría prolongado. Aunque no lo pareciera, yo necesitaba de mi familia.

Mis párpados bajan y se oprimen así mismos. Después de su último comentario no puedo más que pensar en lo poco estable que es mi vida a los dieciseis años. ¿Quién me hubiera dicho que me preocuparía tan joven por morir sin haber dejado mi marca en este mundo? Al menos esperaba que si pasaba algo desafortunado conmigo, no todos guardarían un mal recuerdo mío. ―A veces no hay muchas opciones, y ser bueno no siempre es el mejor camino― la lista de héroes perdidos durante las primeras dos guerras lo dejaba muy en claro, con una tercera en pie de puerta, el numero aumentaría. ―No debes preocuparte por mi, hasta ahora he sido bastante afortunado. Me gustaría decir lo mismo de otros

así como estaba la situación, sentía que cada día me volvía un poco mas vulnerable, un poco mas llevada a las emociones y no me gustaba, estaba rota y no había manera de arreglarme, sentí el brazo de Al, sujetarme con algo de fuerza, en verdad nunca espere que respondiera de algún modo a mi abrazo, aunque se lo agradecía.
seque mis lagrimas y me aparte un poco para mirarle, y dedicarle una muy ligera sonrisa, que no llego a mi ojos,- supongo que no sentía el suficiente coraje para preguntar.. sentía miedo, de escuchar otra respuesta- mencione mas en tono de disculpa que otra cosa.
evidentemente, ser bueno no es el mejor camino- asegure, considerando los porcentajes de muertes, los buenos tenían muchas mas perdidas, lo que de cierto modo era ridículo.
sabia que si albus era un peón, era por el simple hecho de ser un potter, no por sus capacidades, era una forma de humillar a su padre, de humillar a la familia, y sabia que si yo me unía, pasaría lo mismo, después de todo no era de fiar para ninguno de los dos bandos.- me preocupare de todos modos- mencione rodando los ojos..
-entonces.. ya no es preciso ir a clases, verdad?- pregunte alzando una ceja, cambiando el tema radicalmente, un tema que para mi a partir de ahora era pasado, y estaba sanjado... aunque no sabia si para Al, fuera así.
de todas formas, creía que podríamos distraernos un poco de lo que estaba pasando, distanciarnos de las cosas de fuera, siempre podía surgir algo interesante que hacer, aunque no sabia muy bien que.. mi rostro volvía a ser serio, frió y sin exprecion, tal vez solo un ligero enrojecimiento en las mejillas por el llanto.

Abro los ojos tras un par de segundos y la luz de día se expande, nada ha cambiado, tanto ella como yo seguimos en la misma posición pero algo en mi interior se siente un poco más liviano, menos tormentoso. Incluso si yo no había tenido que ver con la pérdida directa del padre de Dominique, el hecho de pertenecer al grupo de los culpables, me hacía cómplice hasta cierto punto, porque yo había aceptado esto desde el inicio, con todas sus consecuencias posibles. Sin embargo, aquel hecho no me hizo sentir menos comprometido con la causa con la que me había comprometido, por el contrario, me sentía más arraigado a ella. Esto era yo.

Mi brazo se separa de ella en la medida en que me devuelve mi espacio y ella recupera el suyo. Me sonríe pero es solo una cortesía para conmigo. Pese a no ser sincera, me quedo callado y asiento con un corto movimiento de cabeza. En las últimas semanas, las sonrisas que acostumbro a recibir ―las pocas y contadas― suelen ser de ese tipo, y a estas alturas me especializaría en saber cuando una persona me mentía por el simple hecho de observar con detalle su rostro.

―Supongo que intentar hacer que cambies de opinión, no resultará ¿cierto?― pregunto sin esperar una respuesta realmente, porque Dominique es una chica fuerte y decidida, pero sobretodo que se preocupa por lo suyos de una manera única. Así que me regocijo en silencio por saberme tan importante en la vida de alguien. Me inclino para recoger la mochila del suelo cuando escucho su tercer comentario, y considero que hay una intención clara detrás de tan simples palabras. Mi comisura derecha se eleva porque me recuerda a los años pasados, años que no regresarán. ―Aun estamos a tiempo, sabes que no nos dirían nada― en primera por el hecho de ser ambos alumnos de la casa verde, y en segunda porque se presentaría conmigo. ―Pero, por otra parte, no me parece correcto interrumpir la clase. Además, antídotos es lo que mejor sé hacer― respondo con un tono más animado. Y porque de hecho, la clase de pociones no me enseña nada que no sepa ya.

―Entonces, ¿tienes algo en mente?― ¿cómo deberíamos celebrar este reencuentro?

abri os ojos enormemente- creeme seria de muy mala educacion interrumpir una clase- menciono riendo y a quien le importaba, no nos dirian nada, con suerte si nos mirarian, porque ni siquiera a eso se atreverian, lo cual nos daba cierta tranquilidad.
aunque regularmente nadie nos recriminaba nada, podiamos andar libremente por el castillo sin preocuparnos de sufrir algun castigo, y aun mas si llegaba con Al, .- bueno no tengo nada en mente- me encoji de hombros, acomode mi bolso y sonrei con algo de malicia, daba igual lo que terminaramos haciendo, seria divertido.- mientras no sean deberes estara bien por mi- agregue con media sonrisa, acomode mi cabello, esperaba que a el se le ocurriera algo, porque tenia la mente en blanco, lo que resultaba frustante y agotador... hace cuanto que no hacia de las mias?.. habia estado tan ausente?. esto era demasiado.

Esbozo una suave sonrisa por sus palabras, Claro, porque eso es de mala educación, repite mi vocecilla interior haciendo eco a la frase de la chica rubia. Lo cual me extraña pues rara vez actúa a mi favor, y para ser una vez, no está mal. ―Ya veo, bueno, pues dicen que las mejores cosas suceden cuando no lo planeas― aunque a esa regla, yo me atrevería añadir ciertas excepciones. Sobretodo cuando en verdad pones todas tus expectativas en que ocurra algo que te saque de un problema, o en algo que te alegre y cambie tu negro humor durante un mal día. No, las cosas nunca pasaban como las esperabas o imaginabas.

―Tienes suerte de que esté al día con mis deberes, así que no debes preocuparte por eso ― y aunque no fuera así, justo ahora era en lo que menos podía pensar. Me separo de la puerta para tomarla por el picaporte y tirar de ella. Se abre con lentitud debido al peso y a su propia vejez. No puedo imaginar la cantidad de personas que han pasado bajo su umbral desde el día en que fue colocada en este sitio. ―Andando― digo deteniéndome y haciéndome a un lado para dejarle espacio a mi lado. Tampoco tenía grandes o muy brillantes ideas a cerca de lo que podríamos hacer, y esperaba Dominique no se decepcionara del tiempo que pasara conmigo, porque a diferencia del resto de la familia ―y de la propia Dom― yo era mucho más introvertido y tranquilo, así que no debería estar tan entusiasmada en lo que podríamos realizar. Como fuera, algo bueno saldría de todo esto, ¿o no?

planear lleva mucho tiempo-mencione con una sonrisa leve, talvez debia bajar mis revoluciones, bien sabia que albus era mas calmado, y se pensaba mejor las cosas, pero yo no estaba en plan de pensar, ahora no, ahora todo habia cambiado, asi que ojala esto saliera bien, y sin heridos. no pensaba nada grave, pero los accidentes solian ocurrir.
alce una ceja- estas al dia con tus deberes?- interrogue sin esperar respuesta, era algo dudoso, yo habia estado sumergida en un mundo solitario, asi que si yo tenia los deberes al dia y algunos adelantados, pero que weasley se preciaba de los deberes al dia??.. ninguno en verdad, pero eso ya era problema de cada uno, aunque probablemente al final del dia podria ayudarle un poco..
pues vamos- respondi poniendome a su lado al salir del cuarto de trofeos, dejando atras el esplendoroso pasado de nuestra familia.  
salimos por los pasillos, hasta las afueras del castillo, sin un lugar definido al que ir, todo se iria viendo sobre la marcha.