there in the forgotten - Brenda Morgam

¿Tenía una estación favorita? Oh, no estaba segura. Me gustaba el inverno con su blanca nieve, tan pura e infinita, que cubría cada rincón del mundo dejando un paisaje admirable.. Me gustaba la primavera con su vida y renacer, demostrando que sin importar lo frió que sea el invierno el otoño, ella saldrá a la luz trayendo calor y color al mundo.. Me gusta el verano con su brillante sol, su el cálido abrazo por las mañanas y la suave briza de las tardes.. Pero ¿Qué me gustaba del otoño? Tenía el frió, pero no la pureza del invierno. Tenía la briza, pero no era acogedora como el verano. Tenía su ciclo, peor no era vida: era muerte. El Otoño es una forma de demostrar que sin importar cuan hermosa sea la primavera, cuando acogedor sea el verano, o cuan puro sea el invierno, todo llega a su fin. Y así era todo, no todo siempre es bueno, pero para mí confort lo malo tampoco dura para siempre.

Todos tenemos días malos, pero eso es por que valoramos los buenos momentos, y los echamos de menos. Todos queremos reír por siempre, pero llorar debes en cuando es lo que nos hace humanos. Recordar los viejos momentos, extrañar días pasados, es parte de la vida y entonces me pregunto ¿Qué pasa con aquellos que no poseen recuerdos de cuando eras niño? ¿Qué pasa cuando no puedes extrañar un tiempo olvidado? Ya no sabes quién eres.. ¿No? No.. Algunos pueden pensar de esa manera pero no recordar un tiempo olvidado, no es que ya no sabes quién eres, si no que pierdes una parte de ti. Nosotros no somos nuestros pasado, pero si es una parte nosotros.

Y es cuando su dulce voz, y su calidad risa invade mi mente. Brenda. Nadie se merece perder una parte de uno, ella todavía menos. Es curioso eso, si me hubieran dicho que una chica de Ravenclaw ya no recordaba su pasado, hubiera sentido lastima, pero que esa joven sea Brenda.. no, no sería lastima, sentiría enojo y tristeza, pero sobre todo impotencia.

No me había acercado a la pelirroja en días, semanas, ¿quieren agregar meses? Agreguen meses. El hecho es que había pasado demasiado tiempo viéndola pasear por los pasillos, con ganas de decirle “ehi mira aquí estoy yo” pero yo no era nadie para obligarle a recordar algo que su mente oprimía, por más injusto que sonara no podía obligarle tener esa extraña e ingenua amistad que teníamos antes. Pero si podía hacerlo, y lo haría. Podía ayudarla a encontrar esa parte de sí misma que flotaba perdida. Necesitaba encontrar ese diario que ella había ocultado cuando aún era ella por completo.

-Ya basta!- Dijo pegando un salto, había estado intentado hacer ese encantamiento toda la tarde y ya estaba harta, estaba cansada y quería irse de esa habitación. Sus compañeras la miraron extrañada como si esa no fuera ella. Y NO ERA ELLA, el pasado pisado quería seguir adelante y no podía quedarse en un maldito encantamiento convocador que no le salía. Da un manotazo en el aire, y el vaso, que anteriormente quería mover, golpea contra una pared rompiéndose en mil pedazos. Como si fuera natural, saca su escoba de debajo de su cama, abre la ventana y se tira por ella. No llega a descender un piso que ya esta en su escoba, montada y segura, volando lejos de aquel lugar. Frustrada, estaba frustrada, de que todos creyeran que conocían mas que ella, y que ella era la misma persona que antes de perder la memoria, no paraban de decirse mentiras a ellos mismos y esperaban que la pelirroja lo creyera. Da una vuelta en el aire, solo para hacer algo mas que un camino recto, pero en esa vuelta pega un grito para expresar sus sentimientos. Se sintió tan... liberador.

Da varias vueltas, grita cada tanto desde tan alto que duda que alguien pueda oírla. Luego baga hasta que puede tocar la punta de los árboles del bosque prohibido. Se deja llevar por ese olor a pino y cuando ve un prado decide bajar. Cae sobre el verde de las hierbas y deja su escoba sobre ella mientras ella decide dar una vuelta por ahí. Sabe que no es lo común echarse a andar en el medio del bosque, mas cuando una no tiene idea donde exactamente se encuentra. Pero ya daba igual, su vida en si le daba igual. Si era secuestrada por centauros, o comida por las famosas arañas gigantes del bosque. Tampoco si justo caía una piedra del cielo y la dejaba inconsciente. En otras palabras había perdido la noción de peligro. La parte positiva era que, como buena ravenclaw recordaba los pasos que daba, y a demás tenía su varita en caso de que se necesario.

-No se quienes se creen que son. Mis padres están muertos y no los recuerdo, no necesito que alguien los reemplace. ¿Que me vieron cara de cachorro mojado? ¿Alguien que necesita ayuda? Si la necesito pero no tanto!- Despotrica mientras habla con los árboles como si estos pudieran responderle, lo que, ya había pensado, llegaba a pasar corría hasta su escoba y volaba nuevamente a San Mungo. No para de correr ramas, y pasar por encima de troncos caídos y raíces grandes. Solo se detiene cuando escucha un sonido demasiado cercano a ella. Se detiene en seco y gira hacía el lugar donde escucho el ruido. A los pocos segundos una liebre sale de los arbustos y Brenda respira para reír luego. -No me vuelvas a asustar así pequeña. Espera! ¿Donde vas?- Pregunta cuando el animal comienza a alejarse y por alguna razón ella lo sigue.